Hacía tanto tiempo, que creí olvidada tu voz, enterrada en cualquier pliegue de mi cerebro. Pero cuando te escuché aquella tarde al otro lado del telefono, no sólo te reconocí al instante, sino que con el sonido de tu voz volvieron todos los recuerdos que un día archivé con el letrero de NUNCA MÁS.
18 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)